La Terapia Cognitiva no sólo se centra en las distorsiones cognitivas del cliente,
también en los problemas externos relacionados con su malestar. El terapeuta colabora con el paciente con el objetivo de lograr la modificación de sus patrones cognitivos disfuncionales, extendiéndose esta colaboración a la toma de decisiones y búsqueda de soluciones
a demandas y problemas ambientales. La Terapia Cognitiva pretende cubrir dos
objetivos fundamentales a corto y largo plazo. A corto plazo, eliminar los síntomas y
las creencias disfuncionales subyacentes que presenta el paciente. A largo plazo, que
adquiera las habilidades necesarias que le permitan, en el futuro, corregir las distorsiones
cognitivas que vaya cometiendo y ayudarle a incorporar, como parte de su repertorio habitual, actitudes y formas de funcionamiento más adaptativos y racionales